10/6/13

El Govern abrirá la puerta de salida a otros 569 interinos en las próximas semanas

La comunidad convocará un concurso de traslados con 867 plazas, de las que 569 tienen un ocupante en interinidad: si algún funcionario reclama su sitio, irán a la calle - Los que salgan tendrán difícil volver: no se cubrirán más huecos que los imprescindibles

10.06.2013 | 06:30
Oposiciones en 2009. Desde entonces los procesos de entrada apenas se convocan. Y las plazas que quedan vacantes no se cubren, por lo que los interinos que ahora salgan, tendrán muy difícil volver a entrar.
Oposiciones en 2009. Desde entonces los procesos de entrada apenas se convocan. Y las plazas que quedan vacantes no se cubren, por lo que los interinos que ahora salgan, tendrán muy difícil volver a entrar.
El drama continúa. En las próximas semanas, decenas de trabajadores públicos de la comunidad autónoma irán a la calle. Aunque la consellera de Administraciones Públicas, Nuria Riera, aseguró nada más tomar posesión hace un mes que "el ajuste de personal público ha terminado", la realidad es que para 569 interinos de los servicios generales del Govern los próximos días pueden ser los últimos que estén en el puesto. Y están aterrorizados por ello. "Llevo ocho años en la administración, en los que he trabajado en dos puestos diferentes, sin que apareciese la oportunidad de sacarme la plaza, y ahora sé que es muy probable que pierda el empleo en el concurso de traslados", confiesa una funcionaria interina de Sanidad, que da en la tecla: el concurso de traslados.
Esa es la amenaza que se cierne sobre los 569 interinos que le quedan al Govern en los llamados servicios generales (todo lo que no son profesores y sanitarios). Su preocupación está fundada: Administraciones públicas va a sacar a concurso de traslados los 867 puestos que actualmente no están ocupados por un funcionario titular, aunque 569 de ellos sí están cubiertos por interino. Y ahí empieza el drama: muchos llevan una década en el puesto, y son conscientes de que ahora se irán directamente al paro, si algún funcionario titular aprovecha la oportunidad que le da el Govern para moverse y ocupar el puesto.
Y con un agravante. A diferencia de lo ocurrido en anteriores concursos de traslados, cuando un interino salía de un puesto, pero habitualmente entraba de nuevo ocupando otro, hoy las medidas presupuestarias aprobadas por el Govern Bauzá impiden que se cubran después plazas vacantes en la administración, salvo en casos de necesidad urgente y perentoria. Así que se van para no volver. "Hasta ahora era distinto. El concurso de traslados, que llevaba años sin convocarse pese a que tiene que hacerse cada dos por ley, implica que los interinos son desplazados, pero antes, cuando se les desplazaba, sabían que tenían muchas opciones de seguir, porque el funcionario que se mueve deja a su vez vacía su plaza de origen, así que podían salir para entrar en otro sitio. Ahora no se cubren esas plazas, así que la mayoría de los que salten [salgan, en jerga funcionarial]?acabarán directamente en el paro", explica Pere Bueno, de STEI Intersindical.
Confirma la escasa intención de reponer plazas la propia consellera, Nuria Riera, que aun así considera vigente la frase pronunciada en su entrevista inaugural con este diario ("el ajuste ha terminado"), toda vez que su departamento lo único que hará es aplicar la ley para convocar un concurso que ya debería haberse presentado hace tiempo. Admite, no obstante, que habrá quienes pierdan el puesto que ocupan de forma interina actualmente. Y detalla que al concurso van todas las plazas cubiertas por interinos, salvo las interinidades por vacantes con fecha de caducidad conocida, como las de "maternidad, excedencias, contratos temporales y similares", que se dejan como están a la espera de que se reincorpore en breve su titular.
Irse para no volver
Y reconoce algo más la consellera: la realidad es que quienes ahora salgan de la administración pública lo van a tener difícil para volver a entrar. "No tengo los datos exactos ahora mismo (dice en conversación telefónica con este diario), pero puedo asegurar que son poquísimas las plazas que quedan vacantes que se vuelven a cubrir. El artículo 16.2 de nuestros presupuestos establece que solo se cubren las que resultan absolutamente imprescindibles, y eso es lo que estamos haciendo. Aunque piense que muchos de los interinos que ahora puedan salir [en el concurso de traslados] vienen de otras plazas suyas originalmente, y podrán volver a ellas". Aunque eso es poco consuelo, dicen los sindicatos: "Muchas de esas a las que volverían están a su vez ocupadas por interinos, que irán a la calle. Al final del proceso de traslado, casi siempre hay un interino que se va al paro", contestan a su vez los sindicatos. Riera no lo niega, pero lo atribuye a la lógica que impone la ley que rige la administración, que, por cierto, hasta esta consellera llevaba cinco años sin cumplirse, con los concursos de traslados paralizados.
Y paralizar los concursos de traslados también implica cerrar las puertas al ascenso, la promoción y el crecimiento profesional de miles de funcionarios que se sacaron una plaza por oposición para hacer carrera en la cosa pública. Claro que por el camino hay damnificados, reconocen tanto la consellera como los sindicatos: los interinos que ahora pierdan su nómina quedarán inscritos en un bolsín de contrataciones, por si apareciera algo que no parece que vaya a aparecer.
Rumbo a 3.000 puestos perdidos
Con la salida de más interinos en las próximas semanas, la administración pública balear, que ya ha despedido a 2.650 personas desde que empezó el ajuste pilotado por el Govern Bauzá, quedará aún más anémica, con sus cuadros cada vez más ligeros de empleados. Es lo que advierten los sindicatos, sobre todo el muy activo STEI, que hace una estimación de cuántos funcionarios perderán su puestos en el concurso de traslados: "Hay 569 interinos cuyas plazas saldrán a concurso, por lo que es probable que muchos más de 350 se vean afectados. En una mesa de negociación nos llegaron a decir (desde la conselleria) que tenían que sacar a 350 personas, y si no podían hacerlo con la auditoría (de plazas, que se hizo hace unos meses) lo harían por concurso de traslados. Ahora vemos que era en serio".
La consellera, en cambio, descarta segundas intenciones aviesas, insiste en que su intención es cumplir la ley y prefiere no dar estimaciones. Aunque, preguntada por si se ha marcado un cupo de salidas como objetivo o una cifra de ahorro prevista (máxime ahora que el Govern ha renunciado a sus nuevos impuestos, lo que obligará a nuevos recortes públicos), Nuria Riera lo descarta tajantemente: "De ninguna manera, no hay ningún objetivo económico". También rebate la consellera otra de las cábalas que hacen los sindicatos, preocupados por el hecho de que el Govern vaya a aprobar un decreto ley que permitirá el traslado forzoso de funcionarios titulares de una plaza a otra. ¿Cuál es el temor? Fácil: que el Govern lo aproveche para que, en caso de que pocos funcionarios opten por moverse a plazas ocupadas por interinos, las conselleries los fuercen a cambiar de destino, cargándose por el camino a los trabajadores que están interinamente en esos puestos.
Traslados forzosos para ahorrar
¿Está justificado este temor de los empleados públicos? Riera asegura que no, que el traslado forzoso tiene otros objetivos, ligados a mejorar la eficiencia de la administración. Que ese movimiento obligado conlleva incentivos para el que sea trasladado. Y que se negociará con los trabajadores y con cada conselleria para dar las máximas garantías al empleado. "Esos traslados [forzosos] están pensados para ocupar plaza donde ahora mismo no hay nadie, ni interino ni de carrera", añade Riera. Aunque el texto del decreto, al que ha tenido acceso este diario, no dice solo eso: también deja claro en su exposición de motivos que el objetivo final de los traslados es "reducir gastos de personal". Eso sí, una vez que los traslados, por concurso o forzosos se ejecuten, el Govern procederá a "amortizar" (más jerga funcionarial: eliminar) las plazas de origen de los traslados. Es lo que ocurrirá en muchos casos, constata la consellera. El Ejecutivo cierra así la puerta a que los puestos vuelvan a cubrirse en el futuro, en caso, de que, por ejemplo, se produzca un cambio de Govern, como auguran las encuestas de intención de voto publicadas hasta la fecha.

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